"Origen"

Título original: "Inception".
Dirección y Guión Original: Christopher Nolan.
Actores Principales: Leonardo DiCaprio, Joseph Gordon-Levitt, Ellen Page, Ken Watanabe, Cillian Murphy, Marion Cotillard.
Productores: Emma Thomas, Chirstopher Nolan.
Director de Fotografía: Wally Pfister.
Montaje de Imágenes: Lee Smith.
País de Producción: Estados Unidos. Duración: 148 minutos.

La nueva aventura de Christopher Nolan resulta de lo más llamativa, a la par que estrambótica. Queda claro que su motivación a la hora de escribir los guiones de sus películas es enredar el asunto, dejar al espectador sumido en un caos intelectual, o al menos, quedar como un mago capaz de sacar de su chistera el ingenuo más innovador, la chispa que nos dejará absolutamente boquiabiertos. Y es cierto que en su nueva película lo consigue, aunque, a diferencia de su filmografía anterior, hay un matiz muy revelador, preocupante en principio: resulta que no innueva, que no sorprende, y en grado último, llegamos al final de la historia con un gesto torcido en el rostro, señal inequívoca de cansancio, o de haber visto ya lo que nos enseña.

De entrada, la premisa argumental, la fuerza motriz de la película, es apabullante. Reflexionar sobre el poder de una idea, incluso de su poder antes de su gestación como un vago pensamiento que irá recorriendo un camino en nuestro cerebro del mismo modo en que lo haría el más peligroso de los virus, resulta de lo más alentador, y nuestra incursión en la historia resulta una mera consecuencia de ese gancho que nos atrapa sin remedio desde las primeras imágenes. El brío y rigor en la dirección del Sr. Nolan nos va recordando más al sendero seco y tortuoso que sufría el personaje de Al Pacino en "Insomnio" que a sus delicatessen audiovisuales de la saga Batman. Su cámara es áspera, los colores opacos nos sumergen en personajes y lugares turbios, pero en esencia, en última instancia, el ojo del director de "Memento" es una poderosísima arma estética que nos mantiene en continuo vilo mientras nos va llevando por la trama a través de diferentes situaciones sin darnos cuenta.

Sin embargo, la película comienza a fallar cuando todo lo que vemos, todo lo que sentimos, y todo lo que pensamos nos resulta sospechosamente familiar, y no por falta de originalidad en el guión. Es precisamente eso el gran problema de la película: su supuesta originalidad, su cascada de giros argumentales o sus escenas cargadas de tensión narrativa ya las hemos vivido y sentido en otras obras del Sr. Nolan, y a mí personalmente, me evocan peligrosamente el estadio emocional y sensitivo que nos produjo hace unos años una de sus mejores obras, "El Truco Final", sólo que ésta resultaba en su momento más alentadora y esperanzadora que su última película. Y es que "Origen" resulta ser todo un ejercicio de poder absolutamente egocéntrico, en el que la figura de Christopher Nolan es el tótem de un relato contagiado, un relato infectado de un virus letal que no empezamos a diagnosticar hasta bien entrada la segunda parte del metraje. Y es que no se puede pretender construir un castillo de naipes, una obra épica sustentada con un final de juguete, irrisorio e irritante, que nos deja la conclusión tenebrosa de que, o nos estamos haciendo viejos, o ya estamos cansados de tantos sextos sentidos, tantos matrix de pacotilla, o tantos trucos finales que, a fin de cuentas, no nos sirven para nada más que mirarnos al ombligo y creernos tan inteligentes que nos hacemos dueños de un guión verdaderamente simple en su ejecución final.

Aún dicho esto, me gustaría decir que la película no deja de ser recomendable. Como decía antes, en lo que sigue siendo el Sr. Nolan un verdadero maestro es en la dirección, ya sea técnica o artística. Su mano con los actores nos permite deleitarnos con las grandes actuaciones de Leonardo Dicaprio, Marion Cotillard (su mirada es de largo lo más terrorífico que he sentido en una pantalla de cine este año) o Cillian Murphy, pero también de los menos consagrados Tom Hardy, Dileep Rao o Lukas Haas. Y por encima de todos ellos he de nombrar especialmente a los actores Joseph Gordon-Levitt y Ellen Page. Sus actuaciones son las mejores del filme, y no dudaría en apostar por alguno de ellos en los premios que llegarán el próximo año. La música del fetiche Hans Zimmer vuelve a complacernos una vez más, esta vez siendo aún más oscuro y apocalíptico que en ocasiones anteriores. Y en general la factura visual, técnica y artística resulta una etiqueta de garantía Made in Nolan.

Lo mejor: Las miradas de Joseph Gordon-Levitt y Marion Cotillard.

Lo Peor: La tomadura de pelo del guión, un vicio oculto que bien merecería una demanda judicial.

7/10. El Níngono.