Up in the Air

Dirección: Jason Reitman.

Actor Principal: George Clooney.

Guión Adaptado: Jason Reitman, Sheldon Turner, sobre la novela de Walter Kirn.

Productores: Ivan Reitman, Jason Reitman, Daniel Dubiecki, Jeffrey Clifford.

Montaje de Imágenes: Dana E. Glauberman.

Actores de Reparto: Vera Farmiga, Anna Kendrick, Jason Bateman, Amy Morton, Danny McBride, Melanie Lynskey.

Director de Fotografía: Eric Steelberg.

Nacionalidad: Estados Unidos. Año: 2009. Duración: 108 minutos. Nominada a 6 Oscars: Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actor Principal, Mejor Guión Adaptado, Mejor Actriz de Reparto (Vera Farmiga), Mejor Actriz de Reparto (Anna Kendrick).

Resulta difícil realizar la crítica de esta película. Difícil por las encontradas reacciones del público que ha provocado, con posiciones muy justificables (en contra, se trata de una película con una historia plana y previsible que no nos cuenta nada nuevo, a favor, que resulta muy adecuada a nuestro tiempo y es una delicia, una buena comedia con tintes dramáticos, etc.). Difícil, en mi caso, porque he tardado un mes en reaccionar desde la primera vez que la ví, un mes en el que no he visto otra cosa que Up in the Air.

Que no quepa duda. Se trata de una obra maestra. A partir de aquí sólo se me ocurre hablar de las bondades y maravillas que salen a raudales de esta joya cinematográfica.

Y me gustaría empezar por la dirección de Jason Reitman. Este joven realizador, primogénito del otrora gran autor del cine de comedia Ivan Reitman (Los Cazafantasmas), lleva tres largometrajes que ya suponen una corta pero intensísima y brutal carrera profesional (Gracias Por Fumar y Juno avalan su última producción), que delimitan también un estilo propio y una personalidad única, que lo definen ya como uno de los mejores directores del momento. Y es que en Up in the Air se consagra en el olimpo de los dioses, con una dirección que encaja a la perfección en una magnífica historia, clavando como un artesano un engranaje de situaciones y pericias que harían palidecer al más grande ateur del género (pongamos como ejemplo al Sam Mendes de American Beauty o al recordado Anthony Minghella de Un Marido para mi Mujer), y logrando una descripción de personajes magistral, acompañado todo ello con una narrativa sencillamente sublime.

De obligada mención es la labor de determinadas personas en esta película. La música de Rolf Kent merecía una nominación al Oscar, al igual que el montaje de imágenes, todo un prodigio rítmico y visual. La fotografía es preciosa dentro de su funcionalidad, el vestuario de Danny Glicker se acomoda a la historia a la perfección (a destacar en este aspecto la definición del personaje de "Jim Miller", el atormentado novio), y en general la factura técnica del filme es impecable.

Y más que una obligación, un honor hablar, escribir y haber visto en pantalla grande las actuaciones de esta película, muy especialmente las de Vera Farmiga, Anna Kendrick y George Clooney. Si todo el reparto está increíble (incluídos los personajes reales en esas entrevistas que nos devuelven a la realidad más oscura), el trío protagonista resulta abrumador en su conjunto, tanto por separado como cuando comparten pantalla, llenando nuestro paladar de una química indescriptible. La interpretación de George Clooney puede parecernos a simple vista una actuación de sí mismo, una persona que es capaz de renunciar a las ataduras emocionales para vivir el día a día, sin preocupaciones. No obstante, resulta conmovedor cuando nos muestra su cara más vulnerable, cuando nos conduce con su mirada perdida a un lugar que tememos afrontar. Lo de Vera Farmiga es algo que escapa a mi comprensión. Prácticamente desconocida para el público en general, su actuación va más allá de la lectura de un guión, para contagiarnos y seducirnos con su elegancia, con un porte que es capaz de ganar la lucha al mismísimo Clooney, y con un registro de miradas y de silencios que recordaremos como unos de los momentos más gloriosos del cine en los últimos años. Pero aún hay quién se merece la gloria de los inmortales. Y esa persona es ANNA KENDRICK. Esta pequeña mujer de apariencia débil y de fuerte carácter logra transportarnos a una montaña rusa de emociones, de situaciones memorables, de momentos inolvidables. Su actuación es la mejor de una catarata de actores sublimes, en una película hecha a medida de grandes y verdaderos actores.

Quisiera por último apuntar el devenir de la historia, el sentido de esta película. Está claro que se trata de una comedia romántica, pero debemos encuadrarla en ese subgénero que en América llaman Dramedy, aquel en el que la comedia y el drama se unen de la mano para lograr algún que otro resultado admirable, como es el de Up in the Air. Y es que en el trasfondo de la vida de nuestro particular "Ryan Bingham" se esconde la vida misma, real y auténtica, en la que nos encontramos jefes que actúan como tiburones, amantes de doble cara, escapadas juveniles a medianoche, familias divididas, sueños inalcanzables o gente que de la noche a la mañana se encuentra ante la realidad de una crisis que nos golpea con toda su fuerza y sin piedad.

Lo mejor: el cuarteto formado por Jason Reitman, Anna Kendrick, Vera Farmiga y George Clooney.

Lo Peor: que se ataque a esta película de ciertas cosas, obviando lo fundamental, y es que tiene alma.

10/10.